ATENCION SOBREVALUADA!

Hoy, subiendo las escaleras de salida de una boca de subte, me tope con una sucesión de escalones completamente cubiertos de publicidad y si, instantáneamente me pareció una idea inteligente, muy, cada pared vertical de cada peldaño es un lugar publicitario de gran potencial!
Me puse a pensar otras formas de publicidad no tan tradicional, como por ejemplo, una conocida heladería del tigre, que en este último tiempo ha estado utilizando sus envases de envío a domicilio para entrar en cada casa, con las últimas novedades en cuanto a films respecta (espacio publicitario vendido a TNT) Como así también una pizzería que utiliza las cajas de pizza, o la publicidad frente a los migitorios, y si! otra muy inteligente opción, pues durante esos 20/25 segundos placenterametne penitenciarios frente al migitorio nuestra mirada no tiene demasiados lugares a donde ir, eureka!!! tienen nuestros ojos sobre su aviso publicitario! Nuestra atención!! y es a esto a lo que quería llegar. La atención! Nuestra atención! Y el valor de nuestra atención para los publicistas! Y si, de eso se trata su trabajo, de una ardua y frívola caza! La caza de nuestra atención! Pensar las mas creativas formas de cautivarla, de alimentarla, de sacarla a pasear un poco por sus jardines de marcas y empresas hambrientas de clientes. Y pensandolo asi, siendo conscientes un instante de esto, cuanto se sobrevalúa nuestra atención!!!! Es así, somos dueños de algo muy valioso, que intentan constantemente robarnos, en cada vuelta de esquina, en cada obra en construcción, en cada puente, en cada lateral de un colectivo, en cada pausa televisiva, en cada peldaño de esa escalera del subte, en nuestros helados y pizzas, en los halls de entradas a nuestro departamento o casa alfombrados de folletos y volantes.
Entonces me planteo, guau! nuestra atención! cuan importante! al menos para aquellos publicitarios! Y si somos dueños de algo tan importanta, tan valorable, porque muchas veces no sabemos ubicarla donde realmente vale la pena, más allá de nuestra atención para tanta burda y casi pornografica publicidad que nos rodea y hasta aprisiona.
Si fuéramos capaces de orientar la atención hacia lo que realmente puede hacernos una mejor sociedad y una mejor persona, desde el entorno más pequeño al más amplio e universal.
Aprendamos a ser dueños de nuestra atención, a educarla, regarla día a día, agudizarla. Estemos seguros que a través de nuestra atención podremos llegar y arribar a nuevos lugare y cambios.
Atendamos aquello que realmente valga la pena, y sí, prestémosle si se quiere un ratito nuestra atención a estos publicistas que no hacen mas que su trabajo. Pero no dejemos nunca de saber dónde inteligentemente colocarla, más allá de los peldaños de la escalera del subte.